Atenas/Mykonos Sábado 14 de Julio, 2007

Llegó la hora de dejar Atenas, así que fue de despertamos y levantar el campamento. Mientras mi papá recogía sus cosas fui al súper a comprar lo del desayuno, lo inicie yo y luego cuando mi papá tenia todo listo le tocó a el desayunar y a mi recoger mis cosas. Una vez listos nos despedimos de Peter que por cierto estaba deprimido. Nos confió acerca de su relación con una mala mujer L Resulta que tiene un año y medio con una niña de 21 años (el tiene 28) y al parecer desde hace un año las cosas no funcionan bien, su mente le dice: déjala, pero su corazón dice: nel! Supuestamente este viaje para el era para encontrarse a si mismo y para encontrar respuestas. Al parecer esta recibiendo ambas. Un buen tipo. Le dejamos un huarache (un llavero) de regalo y lo recibió contento. Nos trepamos las mochilas, cruzamos la calle, tomamos el camión hasta el metro donde comenzó la bronca para comprar boletos de 80 centavos. Pues nos quedamos sin cash y solo teníamos 60 centavos. Mi papá sacó dinero del cajero y le dió dos billetes de 50 y resulta que la maquina no aceptaba billetes de 50. Para no hacer el cuento largo un muchacho se compadeció y nos compró un bolete y el jefe de seguridad de la estación fue tan gentil de prestarnos 50 centavos. Con boletos en la mano tomamos la línea que nos llevó al Puerto de Pireaus. Aquí es el Puerto de salida de los ferrys que salen a las islas del sur de Grecia. Como ahora sabemos que las casas blancas de Grecia solo se encuentran en las Islas vamos en búsqueda de ellas. Intentamos ir a Santorini, pues es la mas famosa, pero los boletos estaban agotados. Así que agarramos un ferry para Mykonos. Eran las 2:30 según el empleado y nuestro boleto era para las 4pm, así que decidimos buscar un lugar donde comer. Después de caminar dos cuadras a la redonda un viejito griego nos mostró un lugar donde el pueblo come. Yo comí mi tradicional ensalada Griega, y mi papá como siempre pidió que le recomendaran los platillos de la casa y termino por pedir cordero con papas y una sopa de Lentejas. Todo estuvo rico y barato, valió la pena. Cargamos nuestras mochilas, salimos del restaurante y nos fuimos por nuestro ya acostumbrado postre (nos hemos vuelto unos golosos). Pedimos la recomendación, escogimos dos y mientras pagábamos se nos ocurrió preguntar la hora y nos van diciendo que pasaban de las 4! Así que ya se nos imaginaran el pánico que nos entró. Llego la hora de correr (nada raro en este viaje). Jadeando y sudando llegamos al Shuttle y el nos dijo cálmense, cálmense están a tiempo. Resulta que faltaban 5 minutos para las 4pm. Nos llevo al ferry Anthi Marina, subimos a bordo y encontramos que no había orden. La gente se sienta o se acuesta donde se le antoje. Mesas, sillas, pasillos, escaleras, ventanas, salas de juegos… es increíble la horrible cara del desorden. Después de explorar el barco, mi papa encontró un lugar en las escaleras que lleva al anden de los carros y decidimos recostarnos ahí, alejados del caos. No tardó mucho en que mas gente empezara a llegar al lugar y a romper la tranquilidad. Todo terminó cuando miembros de la tripulación nos avisaron que en 10 minutos iban a desembarcar en la primer parada y un rió de gente iba a bajar por ahí. Recogimos nuestras cosas y decidimos explorar el barco juntos. En esos momentos la vista del puerto que nos aproximábamos era bonita, tomamos fotos, un poco de video y después de recorrer los diferentes restaurantes y no comprar nada decidimos actualizar el directorio de direcciones y ponernos al día en el blog. Desembarcaremos en Mykonos en poco tiempo, así que me despido muy atentamente. Ciao!

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