Llegamos a Ámsterdam y nos dirigimos directo al camping. Tomamos el metro, que en si no es metro pues todos los “metros” están por arriba y no por abajo. Esto se debe a que Ámsterdam esta de bajo del nivel del mar y si el metro fuera subterráneo se estuviera inundando todo el tiempo.
El camping estaba muy padre, lleno de pasto verde verde y muy amplio. En este camping fue la primera vez que nos topamos con que teníamos que pagar por el agua caliente. Nos costo 80 centavos por 5 minutos, pero lo peor del caso fue que el agua ni estaba caliente.. esta tibia. Que chafa, eso no nos gusto mucho. después de poner el campamento ya teníamos mucha hambre así que fuimos en búsqueda de comida, pero ya no había nada abierto a esa hora de la noche. Dimos con un hotel donde lo único que te preparaban a esa hora eran pizzas de las que compras en el súper que solo metes al horno. teníamos tanta hambre que no nos importo. Eso cenamos, acompañado de un chocolate caliente para descongelarnos ya que esta lloviznando y haciendo un frío tremendo.
Regresamos al camping, el cual ya parecía un Woodstock, estaba lleno de hippies por todos lados, con sus rastas, su música y sus churritos. Que lindos, no? jejejejeje.
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